lunes, 3 de marzo de 2014

El verano y los fraudes racionan el agua a los samarios

El 22 de noviembre del 2013 fue la última vez que llovió en Santa Marta. Dicen que fue una bendición del cielo pues ya se encendían las alertas ante la ausencia de agua en los hogares. Después de este día el sol pareciera nunca más haberse escondido, el verano empezó a azotar sin clemencia; la palabra sequía se puso en boca de todos.

José TorresLa disminución de lo caudales de los ríos que abastecen la planta de tratamiento era evidente, por tanto algo que había que hacer. “Ahorrar agua”, fue el llamado que la empresa Metroagua hizo, sin embargo, pocos fueron los que atendieron la solicitud.

Ahora, cuando desde los barrios se reclama y la tolerancia pareciera llegar a su fin, se hace más agresiva la campaña y las soluciones paliativas empiezan a darse. La adopción de medidas excepcionales para evitar un desabastecimiento no tienen espera.

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