El director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Alfred Ballesteros, sentenció que “hay un deterioro enorme en las cuencas que tiene que ver, en gran medida, con la falta de planificación urbanística de los municipios”. Lo paradójico es que, como lo explicó el propio Ballesteros, Cundinamarca no está enfrentando “un fenómeno climatológico extremo” que justifique la grave falta de agua en la Sabana. Su sentencia es al mismo tiempo una alerta o, si se quiere, un jalón de orejas para los alcaldes de Cundinamarca.
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