lunes, 21 de abril de 2014

Los cazanieblas del desierto de Atacama

CHILE. "Espinosa finalmente encontró la respuesta en una telaraña, combinada con un invento novedoso de la época: el hilo de nailon hecho con un derivado del petróleo. “Construimos unas mallas finas, parecidas a las telarañas, para condensar el agua de la niebla, para que caiga por la gravedad en unas canaletas. La ventaja del nailon era que no contaminaba el agua como sí lo hacían las mallas metálicas con las que habíamos experimentado anteriormente.” En 1956, Antofagasta sufrió una gran sequía que la dejó sin agua potable durante semanas. Espinosa fue uno de los que se desplazaron hasta allá en busca de soluciones. Con la ayuda de un jesuita uruguayo y un ingeniero, instaló un primer atrapanieblas en forma de panel. El invento no resolvió el problema —la cantidad extraída era poca, el viento derrumbaba la construcción y la mayor parte se perdía— pero dejó a Espinosa entusiasmado porque demostró que su teoría podía funcionar"

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