Según el U.S. Green Building Council, las
edificaciones son responsables del 13,6 % del consumo total del agua en el
mundo; de allí que cualquier estrategia por salvaguardar este recurso también
deba contemplar su uso eficiente en proyectos de arquitectura e
infraestructura.
El capítulo Uso eficiente del agua,
independientemente de la categoría de certificación LEED® a la que se aplique,
incentiva a grandes rasgos a reducir el consumo de agua potable y la producción
de aguas residuales; igualmente estimula la recarga de acuíferos. Para ello, de
manera previa a la implementación de cualquier estrategia de sostenibilidad,
obliga a calcular los diseños hidrosanitarios del proyecto teniendo en cuenta
los requerimientos establecidos en la Energy Policy Act de 1992, de manera que
no se incurra en sobredimensionamientos en tuberías y caudales que pueden
redundar en desperdicios de agua.
Más allá de las estrategias de ahorro que se proponen
para satisfacer los distintos créditos, de manera previa debe pensarse en las
sinergias entre módulos que estas pueden propiciar. El uso de sensores en
bombas u aparatos no solo repercute en el consumo de agua, sino también en el
de energía; para conectar con el módulo Sitios sostenibles, basta decir que las
estrategias de ahorro de agua serán muy distintas en una zona desértica que en
otra con altas cuotas de precipitación; asimismo, usar adoquines ecológicos no
solo facilita la recarga de acuíferos, también ayuda a disminuir el efecto isla
de calor... De nuevo, LEED® invita a pensar la sostenibilidad de manera
holística.
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