viernes, 21 de febrero de 2014

Nueva directrices para la gestión de la demanda hídrica

En numerosas partes de Europa existen dificultades cada vez mayores para disponer de recursos de agua dulce con la calidad y en la cantidad necesarias. Son varios los factores que están causando estragos en el suministro de agua, en concreto el cambio climático, la rapidez del crecimiento demográfico y de la urbanización, la disminución de los recursos de agua dulce y el envejecimiento de las infraestructuras. 

Mientras que la población se encuentra inmersa en un proceso de crecimiento rápido, los recursos hídricos se mantienen constantes y su contaminación es una realidad en alza. La oferta y la demanda se encuentran desajustadas, situación que no tiene visos de cambiar; de hecho se estima que, para 2025, la demanda mundial de agua rebasará los recursos hídricos disponibles en un 56 %. Ya el 18 % de la población de Europa reside en países en situación de «estrés hídrico», es decir, que su demanda excede en más de un 20 % su disponibilidad. Los datos más destacables al respecto son que los ciudadanos usan cada vez más agua y que nada menos que la tercera parte de esta se va por el desagüe del retrete.

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