Los pescadores de la región de Fukushima dieron hoy su visto bueno al vertido al mar de agua subterránea extraída de las proximidades de la accidentada central nuclear, lo que permitirá frenar la acumulación de líquido tóxico en la planta.
El filtrado de los acuíferos subterráneos es uno de los problemas técnicos que afronta la compañía operadora de la planta, TEPCO (Tokyo Electric Power), ya que el agua penetra en los sótanos de las instalaciones nucleares, donde se mezcla con el refrigerante empleado para estabilizar los reactores, altamente radiactivo.
En verano del año pasado la empresa admitió que por este motivo unas 300 toneladas diarias de agua contaminada van a parar al océano Pacífico cada día a través de los muelles de la central.
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